El esperado humo blanco no saldrá de la sede de la Federación Venezolana de Fútbol en los días por venir. Mayo será el espacio decisivo para que se produzca el cónclave y se haga pública la decisión que el país reclama. Nada ha variado en el plan de Rafael Esquivel desde que se conoció el fin del ciclo Farías: el sucesor saldrá del torneo local y será envestido una vez culmine el campeonato, salvo que una negociación con las autoridades del deporte gubernamental haga variar el rumbo de las intenciones y apunte hacia el extranjero.
En días recientes el presidente hizo públicas las conversaciones sostenidas en Margarita con Richard Páez y con Ratomir Dujkovic, ambos ex seleccionadores nacionales, cuyo paso por la isla no es solo testimonial. Los dos tienen intereses allí y verían con muy buenos ojos fijar su cuartel de operaciones a orillas del Mar Caribe. De hecho, esa ha sido una de las exigencias que han encontrado en los contactos establecidos.
Los dos entrenadores se presentaron para exponer propuestas que incluyeron colaboradores y planes de acción. Algunas fueron vistas con buenos ojos; otras, recibieron una negativa directa. La FVF no desea cuerpos técnicos amplios, con personal exclusivamente elegido por el timonel sino que, a la usanza española, quiere poder intervenir en la elección de algunas piezas. La necesidad de no ceder el control absoluto, atendiendo a las experiencias recientes, pasó a ser un asunto de honor que quien asuma deberá respetar. De allí que algunos de los nombres sugeridos para ejercer de asistentes, elementos de confianza para cada uno de los candidatos, hayan sido rechazados diplomáticamente a favor del desarrollo y capacitación de profesionales jóvenes designados por el ente.
En el caso de Dujkovic, gente como Alí Cañas o Rafael Dudamel fueron parte de esas charlas. En cuanto a Páez, Alejandro Cichero fue mencionado como eventual integrante de su cuadrilla en caso de regresar a la Vinotinto. El defensor, todavía en activo con el Deportivo Anzoátegui, estaría considerando su retiro para mediados de año y trabajar con quien fue su preparador en Millonarios, además de amigo y socio, le llena de ilusión.
Si bien la designación del seleccionador ha sido potestad histórica de Esquivel, hay un hecho que no ha sido tomado suficientemente en serio y que podría ser determinante. El eventual retiro del jerarca, quien en 2014 cumplirá 27 años como factótum del fútbol criollo, condicionará las acciones futuras. No es la primera vez que Esquivel habla de retiro. Hace algunos años, en entrevista concedida a Directv Sports, lo asomó como una opción real una vez cumplido este mandato y entregada la obra del Centro de Alto Rendimiento. No obstante, asuntos de índole personal podrían llevarlo a separarse del cargo antes de lo previsto. Así se lo habría hecho saber a miembros de su entorno familiar. En este sentido, la segunda quincena de marzo podría ser clave.
Los acercamientos recientes con el Ministerio del Deporte abrirán otro escenario. Todavía con recursos pendientes para la culminación del CAR y la disposición del nuevo encargado de la cartera en propiciar un acercamiento, los pasos podrían tomar otros derroteros. No necesariamente para añadir técnicos a la lista, pero sí para matizar las estrategias venideras.
La incertidumbre se mantendrá por algunas semanas más. El espacio, propicio para el juego periodístico, irá llenándose de certezas una vez cada uno de los pasos anunciados se cumplan. Como lo fue para los franceses en 1968, mayo será el mes más trascendente de este 2014 para el fútbol venezolano.